
El jugador impasible y otros gritos camuflados de relato
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Categorías:
- Ciencia ficción
Cinco exclamaciones frente a la inmensidad del Universo, palabras lanzadas al aire por minúsculos seres humanos que mantienen la mirada en las estrellas.
Un sueño, un delfín, la hojarasca de un bosque o una mariposa pueden parecer irrelevantes para el futuro, pero no lo son: las tormentas más poderosas se generan con los gestos más leves e inocentes. El resultado es incierto y, durante la contienda, el poder de la poesía quizá se nos antoje ridículo frente al del acero y al del invierno. Sin embargo, es lo único que poseen los protagonistas de estos relatos para enfrentarse al muro de la realidad. Más le vale al enemigo no creerse dueño y señor del mundo, porque una palabra dicha a tiempo puede convertir en victoria la debacle.
Esta colección de textos nos acerca a la magia latente en la prosa de Víctor Guisado: El jugador impasible y otros gritos camuflados de relato se compone de cinco exclamaciones ansiosas frente a la inmensidad del Universo, palabras lanzadas al aire por minúsculos seres humanos que mantienen, esperanzados, la mirada puesta en las estrellas.
Sobre el autor:
Víctor Guisado nació hace cuarenta y cinco años en Extremadura, más cerca del Atlántico que del Mediterráneo, y se puso a mirar las estrellas casi inmediatamente. La sensación de desconcierto lo ha acompañado toda su vida desde que tiene uso de razón. Estudiar Física no le ha servido de nada para atenuarla. Leer a Cervantes tampoco, pero hace que se sienta menos solo. Respecto a lo de estudiar Física, le sirvió para que su asombro adquiriera dimensiones cosmológicas o se refugiara en una partícula subatómica. La primera novela que leyó por iniciativa propia fue una de Isaac Asimov, Segunda Fundación, y ya no pudo parar. Arthur C. Clarke, Ray Bradbury, Philip K. Dick, Paul Auster, Cormack McCarthy, Miguel Delibes, Juan Marsé, Ducharme... son nombres que acuden a su memoria cuando piensa en sus lecturas. En octubre de 2017 publicó su primera novela, Me tragó el igualma, en esta casa. Su segunda obra, la que ahora sostienes, lector, en tus manos, no será la última en viajar en nuestro (su) Transbordador.